Existe un distanciamiento de México con respecto a las capacidades e información disponibles que lo imposibilita a cumplir los objetivos de la COP26, no se refrendó el compromiso de México para eliminar el uso de carbón antes del 2030.

Hacen falta estudios científicos y sociales en México, partiendo de la co-construcción del conocimiento para la detección de cambios en los sistemas socio-ecológicos y para saber si éstos cambios están atribuidos al cambio climático.

Los grupos indígenas luchan por espacios en la COP26, una vez ahí, son vistos como parte del “espectáculo”, sin poder ser parte de las negociaciones, los espacios de decisión se dan entre poderes, países y empresas que son responsables de la crisis, la solución no está en ellos ni en el capitalismo verde.

A pesar de la preocupación por la crisis climática, los defensores de la vida y la Tierra continúan siendo asesinados o desaparecidos, suman más de 1000 asesinatos desde la firma del acuerdo de París.

La investigación debe impulsarse desde la política ya que la acción climática no es solo un tema de ciencia, es un tema de justicia ambiental y de derechos humanos.